En el Talmud, más específicamente, en Moed Katan 9, los rabinos destacan lo importante que es la alegría y, muy especialmente, por qué debemos dar a cada ocasión alegre la atención que merece.
Entre otras cosas, se explica por qué no deben celebrarse bodas en Jol Hamoed (los días intermedios de las festividades). El principio que guía esta norma es que no debemos mezclar una alegría con otra. Se ofrecen diferentes razones de índole práctico para esto, pero luego se termina expresando que tales motivos no son en realidad lo que importa. La razón fundamental para no mezclar eventos celebrativos (como una boda y una festividad religiosa), explica el Talmud, es para imitar al Rey Salomón cuando dedicó el Templo de Jerusalem.
Uno no debe mezclar alegría con alegría. ¿Dónde aprendemos esto? Como está escrito: “Entonces Salomón realizó una fiesta en aquel momento y todo Israel festejó con él, una gran congregación, desde la entrada de Hamath hasta el río de Egipto, ante el Señor, nuestro Dios, siete días y siete días, catorce días” (I Reyes 8:65). Y si fuera que uno pudiera mezclar alegría con alegría, hubiera esperado a la festividad de Sucot y realizado una fiesta de siete días para esto y para aquello.
Según el versículo de I Reyes, Salomón celebró una festividad para marcar la dedicación del Templo y, una semana después, celebró una segunda festividad por Sucot. Es decir, siete días y siete días, durante un total de 14 días de celebración. La decisión de Salomón de celebrar por separado ambas cosas les demuestra a los rabinos que no se debe mezclar una alegría con otra. El comentario de los Tosafot del Medioevo explica la razón de esta conclusión: “Es para que nuestro corazón esté abierto a una mitzvá y no se aleje de otra”. En otras palabras, es importante otorgarle a cada mitzvá de alegría el foco que se merece.
El Talmud de Jerusalem, en Moed Katan 1:7 ofrece otra fuente para no mezclar ocasiones alegres, en especial cuando tienen que ver con un casamiento. Según Génesis 29:27, el patriarca Jacob celebró su boda con Lea durante siete días, antes de casarse con Rajel. Según esta versión, la costumbre de no mezclar la alegría de una celebración con la de otra es anterior incluso al Rey Salomón.
El rabino Jay Kelman advierte que hacemos justamente lo contrario cuando se trata de conmemoraciones tristes, las cuales no dudamos en amontonar. Como se puede leer en Taanit 26, los rabinos asignan varios hechos históricos trágicos a los ayunos del 17 de tamuz y de Tisha B’Av. Posteriormente otros eventos lúgubres siguieron agregándose a Tisha B’Av a través de los siglos, aun cuando no ocurrieron exactamente en esa fecha. Pero cuando se trata de momentos felices, los distribuimos bien en el tiempo para poder saborear cada uno y brindarle toda nuestra atención.
En la ley judía posterior, el principio de mezclar alegrías se ha concentrado en los casamientos más que otras ocasiones del ciclo de vida. No solo no se celebran bodas judías, en general, junto con una festividad, sino que en lo posible no deben celebrarse dos casamientos al mismo tiempo. La excepción a esta norma es cuando se invita a una pareja pobre a celebrar su boda junto con una pareja rica para que también puedan disfrutar de una celebración digna (Shulján Aruj, Even Haezer 62:2). En tal caso, combinar las dos celebraciones agregaría alegría.
Las ceremonias nupciales y el Templo de Jerusalén quedaron poéticamente conectados en el tratado Taanit (26b), en donde se compara la entrega de la Torá y la dedicación del Templo de Salomón con una especie de boda cósmica. Pero hay una razón más directa por la cual un casamiento se parece a la dedicación del Templo. Como aprendemos en el tratado Meguilá (29a), las bodas marcan el inicio de un nuevo hogar, con el potencial de ser un “mikdash me’ at”, es decir, “un pequeño templo”. Tal como la dedicación del santuario de Salomón, cada boda merece celebrarse con toda nuestra atención y con el corazón abierto a la alegría.
La rabina Julie Hilton Danan, Ph.D. es líder religiosa de la Comunidad Seaside Jewish Community en Rehoboth Beach, Delaware.
FUENTE:
A Daily Dose of Talmud
Daf Yomi for Everyone, from My Jewish Learning
Moed Katan 9
21 de enero 2022